No hace mucho, estaba yo una noche en mi tarea de lecturas blogeras, cuando me tope con un blog siempre divertido y lleno de curiosidades: La Macedonia de Mariola y con el post que os aparece al deslizar vuestro cursor por su nombre.
Me vais a permitir, gracias, hacer una recomendación: dejar de leer si sois menores de edad, sois de mente obtusa, no os gusta la "literatura" subida de tono... o si os puede parecer azaroso que os hable un poquito de sexo, a mi estilo.
A las que estéis (o hayáis estado) enganchadas a la trilogía de moda... esto os parecerá de rombito rosa pero... yo aviso.
(Por otra parte, tendría tanto que decir sobre esa trilogía absurda... pero eso será motivo de otro post, sin duda mucho más serio)
Leyendo el post de Mariola, me encantó, pensé en la música que a veces acompaña mis momentos de juegos amatorios y/o sexo.
Y me vino a la memoria con arrebato de pasión violenta, una de las noches más sensuales y sexuales de toda mi vida.
Un par de cosas nos ponen en antecedentes.
Antes de comenzar mis estudios de cinematografía (y teatro después) a nivel profesional, hice un cursito de 9 meses con el grupo de teatro "El Torreón" en Pozuelo de Alarcón. El día de "la función de fin de curso", como en el cole, no dejé que Jorge fuera a verme, si hacía el ridículo, mejor que ninguna de mis personas queridas tuviera que avergonzarse.
Por las clases de ballet y baile que tomé durante años, hice muchas funciones, siempre bailando y siempre muy segura de que lo que estaba haciendo lo dominaba (la preparación es la base del éxito). Este caso era bien diferente: una escena de Lorca y mi primera vez con texto ante público.
Todo lo demás esta en mi CV... :-)
Jorge fue a recogerme a la salida.
Yo le conté en el coche lo que había vivido, con mucha excitación; ahora sé que después de cada función la adrenalina se dispara y tienes un subidón de muerte, se va a apaciguando con los años de experiencia, pero, gracias a Dios, nunca se va del todo.
Al llegar a casa me esperaba una deliciosa sorpresa...
En el salón, iluminado sólo por velas de color melocotón y con el suave aroma de unas varitas sin perfumes que molesten al verdadero olor del incienso, sonaba esto:
Amo a Puccini, admiro a la Callas y me derrito con este sencillo aria lleno de romanticismo por cada poro. Os invito a darle al play y leer AQUÍ la letra antes de seguir.
Nuestra casa está decorada en tonos albero y granate, muebles grandes de maderas oscuras, parquet en tarima de jatoba rojiza. Ventanas muy grandes y puerta enorme que dan a la terraza, cubiertas por unos telas, en lienzos, de hilo muy transparente. Un sofá enorme y sillones en L con una mesa de hierro y teka ingleses. La luz de la terraza encendida permite ver las plantas y arbolitos que tenemos.
Así que las velas, Puccini y el incienso regalaban al salón la ambientación perfecta para una celebración. Un cuento en clave de luces y sombras.
(Lo de la decoración no viene mucho a cuento pero me apetece ambientar el relato...)
(Lo de la decoración no viene mucho a cuento pero me apetece ambientar el relato...)
En la mesa delante del sofá, un mantel de hilo, 2 copas, una botella de champagne en hielo, una bandeja de canapés de salmón y caviar colocados en damero, un plato con foie y panecillos de nuez, pastelitos, chocolates y fresas.
Fue una preciosa sorpresa.
Para semejante cena de lujo con el mejor ambiente y la mejor compañía imaginable (e inimaginable también) había que vestirse a juego.
Un camisón cortito de encaje de seda negro, un mini tanguita a juego, un perfume lleno de esencias y sándalo y Rouge Noire en los labios. Yo.
Un pantalón-pijama de seda granate y un batín corto a juego. Él.
Comenzó a sonar otro de los temas que hacen una perfecta Banda Sonora en una velada de fresas y velas:
Para semejante cena de lujo con el mejor ambiente y la mejor compañía imaginable (e inimaginable también) había que vestirse a juego.
Un camisón cortito de encaje de seda negro, un mini tanguita a juego, un perfume lleno de esencias y sándalo y Rouge Noire en los labios. Yo.
Un pantalón-pijama de seda granate y un batín corto a juego. Él.
Comenzó a sonar otro de los temas que hacen una perfecta Banda Sonora en una velada de fresas y velas:
Un Bel Di Vedremo (con subtítulos en castellano)
Todo comenzó poco a poco, no era una noche de pasión o sexo como las demás noches. Yo quería continuar con "el exhibicionismo" que nos invade a todos los que nos subimos a un escenario, una mezcla de falta de pudor y entrega absoluta y total al público expectante.
Él quería dejarse embriagar con toda la sensualidad que yo desprendía.
Juego de seducción en cada bocado de salmón o caviar y con cada sorbo de champagne helado la habitación se templaba un poco más.
Es muy importante saberse enormemente atractivos, ayuda una piel de extrema suavidad, olor delicioso, miradas de complicidad.
El saber mover la cabeza a tiempo, girar el cuerpo, un roce apenas... Todo ayuda para que cada segundo sea dinamita a punto de estallar.
La ayuda de Puccini es imprescindible, el caviar y el champagne potencian su sabor si una vela ilumina un beso en el cuello:
Nessun Dorma (con subtítulos)
Escuchar los primeros acordes de este bellísimo aria del Turandot de Puccini me pone la piel sensible y mi cuerpo reacciona con una entrega total.
Termino llorando "vencida" y entregándome al deseo más absoluto.
Esa noche hubo mil caricias, juegos, palabras susurrantes. El calor de junio se hizo cómplice con nuestro calor y las burbujas del champagne.
Fue tan bonito que quise que durara para siempre.
Me definí como una concubina en su noche con el sultán y dejé que Jorge me dibujara. Primero mi cuerpo con chocolate, después en un cuaderno de papel verjurado de color blanco roto.
Dibujo a lápiz.
La noche terminó casi de madrugada sabiendo que nos amaremos toda la vida.
25 años juntos son más de la mitad de los años vividos así que no puedo imaginar más que el resto de mi vida con Jorge, escuchando a Puccini, comiendo chocolate, compartiendo fresas y dedicándonos todo nuestro Dolce Far Niente el uno al otro.
Ayer fue mi 18 aniversario de matrimonio y no se me ocurre mejor manera de celebración que un post gritando mi amor a mi AMOR.
Jorge y yo. Fotografía de Santi Xander
Te quiero, Jorge.
Miss A
ANEXO: Y el próximo martes, una novedad. El mismo Jorge que viste y calza, va a Dolcefarnientear con nosotr@s.
ANEXO: Y el próximo martes, una novedad. El mismo Jorge que viste y calza, va a Dolcefarnientear con nosotr@s.